lunes, 29 de junio de 2015

CELEBRACIÓN

Llevo tres horas dentro de un vagón del metro. Hay momentos en que me cuesta mantener el equilibrio. Creo que es la sexta vez que paso por la estación de Rocafort. Aquí bajó Carlos, pero se olvidó de mí.
Me llaman Taittin, pertenezco a una antigua y aristocrática familia francesa. Nací y crecí en Reims, allí he pasado toda mi existencia.
Llegué a Barcelona hace dos meses y desde entonces mi vida ha trascurrido detrás de un cristal. Hoy por fin he salido. Carlos pasó a buscarme a media tarde; le costó un buen rato encontrarme. Hemos subido al metro en Diagonal y en Catalunya hicimos transbordo a línea 1, la roja.
Íbamos a casa de Susana a celebrar un importante ascenso. Carlos estaba nervioso y emocionado porque esto les va a permitir empezar una nueva vida y es algo para celebrar por todo lo alto.
La estación de Plaça Catalunya estaba repleta de gente, hora punta. El metro tarda en llegar más de lo normal; por fin llega y entramos a trompicones. Al fondo hay un espacio vacío y Carlos me acomoda en el rincón, para protegerme.
Llegamos a Rocafort. Carlos hace esfuerzos por salir… y me olvida.
Desde entonces doy vueltas sin parar por la red. De Hospital de Bellvitge a Fondo y de Fondo a Hospital de Bellvitge. Cada vez que paso por Rocafort tengo la esperanza de verle esperándome. Nadie se fija en mí y Carlos no viene a buscarme.
Poco a poco el metro se vacía. Van pasando las horas, hay pocos pasajeros.
Se ha parado. El silencio y la oscuridad invaden el vagón.
Estoy un poco mareada con tanto trajín. Escucho a lo lejos voces alegres que poco a poco se acercan. Se abren las puertas y entra una chica joven, muy risueña y cantarina, que empieza a limpiar vagón. Cuando llega a mi lado se fija en la bolsa donde estoy metida. Se alegra mucho de verme, por haberme encontrado. Hoy daré a su mesa un toque de charme francés. Seguro que celebramos algo juntas.
Soy Taittinger, la selecta botella de un excelente champagne francés que hoy se paseó por las tripas de Barcelona.

viernes, 26 de junio de 2015

AHUMADA

Como todas mis cajas de cerámica, ésta también está llena de fantasía.
Tras la primera cocción convencional, realicé otra a fuego vivo en un bidón, cubriendo con barbotina de gres las partes de la pieza que quería dejar blancas.
El resto se ahumaron y ennegrecieron tal como el fuego dispuso.
Una vez más, el grato descubrimiento de lo que puedes domar, pero no controlar totalmente.





Gres. Alta temperatura

martes, 23 de junio de 2015

PEQUEÑA ESTANTERÍA CON CAJITAS DE MADERA - reciclaje

Hoy reciclamos.
Acostumbro a guardar todos los trastos interesantes que caen en mis manos, costumbre para algunos deplorable porque acumulas gran cantidad de cosas que no sabes para qué utilizarás.
Pero yo siempre las utilizo para dar rienda suelta a mi creatividad.
Y a veces me salen cosas geniales.
Guardaba, desde hace un tiempo, bastantes cajitas contenedoras de queso Canal. Son divinas y pueden servir para guardar y poner orden en  multitud de objetos, 
de esos que se pierden por el fondo de los cajones.
Cuando hace unos meses me mudé y las vi todas juntas. 
visualicé la pequeña estantería para mi nuevo estudio




 Miden 15x15x12 cm
Son de madera cepillada sin tratar.
He combinado cajas con tapa y sin tapa deslizante



Éste es el resultado final




Detalles


viernes, 19 de junio de 2015

PELLIZCO

Paula Loew me aficionó a "pellizcar"
Es una técnica que yo había utilizado hace muchos años, pero tenía completamente olvidada.
Es un tremendo placer  modelar con tus manos
una bola de barro y pellizcarla para afinar sus paredes.
Poco a poco se convierte en una pieza etérea, 
tan fina como tus dedos sean capaces de presionar.




Gres refractario y esmalte
Alta temperatura

viernes, 12 de junio de 2015

ESPACIOS DE LUZ

Bola de porcelana de papel
Hecha con finísimas tiras de pasta de papel y porcelana y entre ellas 
el espacio sin materia que deja que la luz se escape.
Traslúcida y mágica





Gres, papel y óxidos
Alta temperatura

martes, 9 de junio de 2015

TORTONI. ARTE, LITERATURA, BOHEMIA

El Café Tortoni, ubicado en el número 825 de la Avenida de Mayo
en la ciudad de Buenos Aires, debe su nombre al célebre Café Tortoni de París,
donde se reunía la élite de la cultura parisina del siglo XIX.
Es una leyenda en la ciudad y conocido en medio mundo.
Fue inaugurado en 1858 y conserva la decoración de su primera época. 
Tiene una biblioteca y en la parte trasera, mesas de billar y 
salones para jugar al dominó y a los dados.
Fue sede de "La Peña", que desde 1926 y hasta 1943 fomentó la protección de las artes
y las letras, realizando  tareas de difusión cultural mediante debates,
 conferencias, recitales y conciertos. 
Por sus tertulias pasaron Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Arthur Rubinstein,
Carlos Gardel,  Albert Einstein, Ortega y Gasset y Jorge Luis Borges, entre otros.

Media vida descubrir su fachada, entrar y tomarte un café en cualquiera de sus mesas, 
admirar su espléndido techo acristalado, deambular por su interior, descubrir las figuras de Storni, Borges y Gardel alrededor de una mesa, como si estuvieran ahí contigo...

Disfruté mucho conociendo el café Tortoni, era desde siempre una visita obligada, deseada, llena de historia, llena de encanto, llena de tiempos que me hubiera gustado vivir , llena del espíritu de personas que me hubiera encantado conocer.

Si vas a Buenos Aires, no te lo pierdas. Entra, descúbrelo, siéntate y respira hondo. Se respiran emociones ahí dentro, se respira arte, literatura y aromas de bohemia. 
Y a mí...todo eso junto...me pierde...







Buenos Aires, Capital Federal
Argentina

Fotografías personales de Buenos Aires

jueves, 4 de junio de 2015

NEGRO Y VERDE MAR

Un bol lleno de bolas de color verde mar y negro
Una fantasía que apenas se apoya en el suelo y vuela junto a mi imaginación






Gres y esmaltes
Alta temperatura