De nuevo una arcilla fundida se convierte en esmalte.
En esta pieza, es arcilla recogida en las montañas de Montserrat.
Al fundirse, crea tonos ocres y oliváceos en un recipiente perfecto para contener una vela,
por sus orificios puede escaparse la magia de su luz.
por sus orificios puede escaparse la magia de su luz.
Gres y arcilla. Alta temperatura
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